Maine Part 2
To continue the journey where we left off, after our first epic 2 road trip days to Maine, we finally made it to the town where we would spend 4th of July and enjoy an all-american and small town festivities.
We started the only full day we were going to get in town by going to see the Bar Harbor Parade. It was so refreshing to see the people recognizing each other on the streets and kids getting excited to see people dressed as Lobsters (ha!), but the true highlight of the parade were the young kids dancing along the car representing a local radio station. We were all so jealous of all of the fun they were having, and I am certain one of them is probably the best person to take to a dance party.
Anyways, we later on proceeded to the coast to see if we could walk over to Bar Island. It turns out that when the tide is very low, you can make it to the island on foot when you follow a sand trail. We could see the sand trail with our eyes, but the tide was too high for us to try to walk so we had to pass. We then headed to town to the local Seafood Festival, where we attended a Lobster Race, bacon cotton candy (this is not a drill) and where I ate my first ever entire lobster all by myself for $19.99 including corn and watermelon. It was incredible.
To walk off the feast we just had eaten, we then strolled around town for a bit and visited one of the local breweries, Bar Harbor Brewing Co., and jumped in the car to visit the Bass Harbor Head Lighthouse, located in the Acadia National Park, where we enjoyed a the sunset and a stunning view.
We ended off the day having dinner and watching the evening fireworks at the Side Street Cafe. Their gluten free offering was out of this world! I was able to enjoy one of the best lobster mac and cheese in the country without getting sick, and let’s not even begin talking about their wild blueberry margaritas.
The next day we started the tedious ride home with another visit to the Acadia National Park, this time to the Cadillac Mountain, which is the highest elevation in North Atlantic seaboard. We drove for about 3 hours to then have lunch in Augusta, at a lovely place called Red Barn Drive-in. Their portions are insane and the seafood stew is gluten free and all sorts of delicious.
I truthfully think that traveling is not about the hotel or your budget, but rather about your attitude, the people you go with (if you chose to go with someone else) and how much you are willing to do and explore. This was indeed a lovely experience and we can’t still believe we all just simply packed our bags and went all the way to Maine.
Shop less and travel more. It’s worth it.
Retomando la historia donde las dejamos, después de nuestros primeros dos increíbles días en Maine, finalmente llegamos al pueblo donde pasaríamos el 4 de Julio y disfrutaríamos de una verdadera experiencia americana, y festividades típicas de un pueblo bien pequeño.
Empezamos el único día completo que teníamos en Bar Harbor asistiendo a la tradicional caravana del pueblo. Fue refrescante ver a mucha gente reconocerse en las calles y los niños emocionándose por ver a alguien vestido de langosta (Ja!), pero lo mejor que puedo mencionar de este evento son los jóvenes que iban bailando con el carro que representaba una emisora local. Todas estábamos celosas de cuanto se estaban divirtiendo y estoy segura que uno de ellos debe ser la mejor persona para llevar a una fiesta.
Volviendo a nuestro recorrido, luego nos fuimos a pie hacia la costa para ver si podíamos caminar a la Isla Bar (Bar Island). Resulta que cuando la marea está bien baja puedes llegar a la isla a pie siguiendo un camino de arena que se forma en la superficie. Desde la playa podíamos ver el camino de arena en el agua pero la marea estaba alta, así que tuvimos que dejar pasar esta atracción. Luego de esto nos fuimos al Festival de Mariscos local donde presenciamos una carrera de langostas, algodón de azúcar con bacon (esto es en serio) y donde comí mi primera langosta completa para mi sola por $19.99 USD incluyendo maíz y sandía. Fue increíble.
Para digerir el banquete que nos dimos, fuimos a caminar un poco por la ciudad y visitamos una de las cervecerías locales, Bar Harbor Brewing Co., para luego tomar el carro e irnos a visitar el Faro de Bass Harbor, localizado en el parque nacional de Acadia, donde disfrutamos de un hermoso atardecer y unas vistas hermosas.
Terminamos el día cenando y viendo los fuegos artificiales desde el restaurante Side Street Cafe. La selección de platos gluten free que ofrecen es de otro mundo. Pude disfrutar de uno de los mejores macarrones con queso y langosta del país y ni comencemos a hablar acerca de de sus margaritas con blueberries frescas. Simplemente genial.
El Domingo comenzamos el largo viaje de vuelta a casa con otra visita al Parque Nacional de Acadia, esta vez a la Montaña Cadillac, la cual es la elevación más alta de toda la costa del Atlántico. Por último, luego de manejar como por tres horas, comimos un delicioso almuerzo en un restaurante en Augusta llamado Red Barn Drive-in. Las porciones son una locura y su estofado de mariscos es gluten free e increíblemente delicioso.
Creo firmemente que viajar no es acerca del hotel en el que te quedes o que tan alto es tu presupuesto, sino más bien acerca de tu actitud, la gente con la cual lo compartes (si decides ir acompañado/a) y que tanto estás dispuesto/a a hacer y descubrir. Este viaje fue una increíble experiencia y en verdad todavía no puedo creer que mis amigas y yo nos aventuramos y fuimos a Maine.
Compra menos y viajas más. Vale la pena.
